Es la abxela el habitante más tarado de esta piara, lo cual es un halago en sí mismo. Casto varón, es apodado "La abxela" por sus manías y achaques pese a su juventud moderada. Lo cual no le impide lucir una calva incipiente y brillante, objeto de mofa y burla por parte del resto de los gorrinos.
Apodado como Fecal-man, cuenta la leyenda que nada más nacer pidió a su madre que le hiciera un batido con el meconio. Desde entonces su relación con la escatología ha sido muy estrecha. Su tema favorito de conversación son las deposiciones. Se regocija pensando en una buena plasta, se jacta de cagar con la puerta abierta en presencia de sus semejantes, y también de no lavarse las manos después de hacerlo. Se le puede observar en la siguiente imagen gozando de una de sus sesiones favoritas.
También cosecha otras artes como el "peo gutural", así denominado por el característico olor a huevo duro que desprenden sus eructos, los cuales son profusos, intensos y frecuentes. Es adicto al Aerored, droga que como efecto secundario le hacer morder cuando se encuentra colocado.
Su vida laboral ha sufrido continuos cambios debido principalmente a su afición a la defecación pública, algo que no suele estar bien visto en los ambientes laborales de hoy día. Un misterioso altercado con uno de sus clientes preferidos, un tal Vilches, ornitólogo perdicero, le hizo abandonar su anterior puesto. Actualmente se dedica a la nouvelle-cuisine en un sitio de postín, consiguiendo sabores sorprendentes nunca antes experimentados, como las uvas con roquefort o los caramelos de morcilla. Dicen los paladares más expertos que el ingrediente secreto de las primeras es el semen rancio, mientras que el de los caramelos de morcilla... ya se pueden imaginar.
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